La homeopatía se basa en la convicción, que para curar una enfermedad la mas adecuada sustancia activa es aquélla, que provoca en personas sanas síntomas parecidos como los provocados por la enfermedad. De esa manera se debe fortalecer la fuerza vital y ayudar a la auto regularización. Para la producción de medicinas homeopáticas se usan sustancias naturales, que serán preparadas según ciertas reglas y después diluidas gradualmente, proceso que se llama potenciar. Así por ejemplo el remedio “Coffea” que se extrae del grano de café, que puede provocar en un organismo sano nerviosismo, temblor, insomnio e irritabilidad, se usa para un paciente con síntomas parecidos. Coffea restablece su tranquilidad e equilibrio.
La eficiencia de la homeopatía consiste en que las sustancias de las medicinas homeopáticas no producen efectos directos sobre el nivel material, sino influyen las estructuras mayores, no-materiales, que son antepuestas al cuerpo físico. El organismo está respondiendo a este estímulo con una reacción, que fortalece la energía vital y las fuerzas de autocuración y que se refleja en la dimensión física como reacción curativa.
Para curar una enfermedad la homeopatía rechaza observar por aislados partes del organismo y suprimir síntomas con medicamentos, sustituir sustancias faltantes o compensar las disfunciones de partes. De lo contrario el homeópata ve al hombre como una unidad de cuerpo, alma y espíritu, que se encuentra normalmente en un estado de equilibrio interno.
Enfermedad es un indicio a un trastorno de tal equilibrio, que está expresándose con varios síntomas. A causa del estímulo se ponen en marcha mecanismos de regularización, que se pueden expresar por ejemplo con fiebre.
Es comprobado, que las medicinas homeopáticas son las mas apropiadas para apoyar la autoregularización para el restablecimiento del equilibrio interno y de la autocuración.
Debido a las cantidades ínfimas de la sustancia activa – en remedios de alta potencia no se encuentra ninguna molécula de la sustancia de origen – y a causa de la estimulación de las antepuestas estructuras no-materiales no se deben esperar efectos nocivos. Sin embargo al iniciar la terapia se presenta a veces un efecto denominada “crisis curativa” que se debe calificar como respuesta física correspondiente a un cambio no-material y ponderar como un pronóstico favorable para el futuro desarrollo del proceso de la curación. Durante el tratamiento de una enfermedad crónica pueden aparecer síntomas viejas y antes suprimidos como por ejemplo erupciones cutáneas, que se pierden a en el transcurso de la terapia. Se emplean los principios de curar la enfermedad desde dentro hacia afuera, desde arriba hasta abajo y en una sucesión temporal inversa de su desarrollo.